22 nov 2012

Trabajo sobre Santa Cecilia


SANTA CECILIA, patrona de los músicos
22 de Noviembre
INTRODUCCIÓN
Cecilia fue una noble romana de ilustre familia. No se sabe mucho sobre su vida, pero se sabe que fue convertida al Cristianismo, y algunos especialistas sitúan su martirio entre en el año 230 en Catania, aunque otros lo sitúan a finales del siglo IV.
A finales de la Edad Media (siglo XIV) los pintores y los escultores  empezaron a representarla como artista, tocando algún instrumento musical, especialmente, el órgano, la vihuela, instrumentos de cuerda o simplemente cantando, acercándola así más a la música.
Cuando se fundó en Roma la Academia de la Música, en el año 1594, Santa Cecilia fue canonizada y nombrada patrona de esta institución por el Papa Gregorio XIII, gracias a una frase del acta de su martirio, en la cual, se explicaba que durante el mismo rezaba cantando salmos. Así, su veneración como patrona de la música se tornó universal.
El 22 de noviembre de cada año se celebra el día de Santa Cecilia, patrona católica de los músicos, de los poetas y de los ciegos, fecha que conmemora su muerte según católicos y ortodoxos. No se debe confundir con otra fecha, la del Día Internacional de la Música que se celebra el 21 de junio.

                  
HISTORIA DE SANTA CECILIA
                Cecilia era una mujer que pertenecía a una familia patricia romana, quedó huérfana siendo niña y fue bautizada a los trece años. Tras convertirse al Cristianismo, vivió intensamente su fe hasta el punto de consagrar a Dios su virginidad. Pero fue casada contra su voluntad con un joven patricio pagano llamado Valerio.
                Las actas de la iglesia narran la historia de Cecilia, cuyo relato se resume de la siguiente manera:
El día de la celebración del matrimonio, mientras los músicos tocaban y los invitados se divertían, Cecilia estaba sentada en un rincón cantando a Dios para pedirle ayuda. Después de la ceremonia, se sinceró con su esposo contándole que ella había hecho voto de virginidad con las siguientes palabras:
-          Cecilia: “Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio, si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí”.
-          Valerio: “Muéstramelo. Si es realmente un ángel de Dios, haré lo que me pides”
-          Cecilia: “Si crees en el Dios vivo y verdadero y recibes el agua del bautismo verás al ángel”.
Valerio accedió y el obispo Urbano lo bautizó; de regreso a casa, vio a un ángel de pie junto a ella. Tras esto, el hermano de Valerio, Tiburcio, también se convirtió y los dos fueron arrestados por sepultar cuerpos (prohibido por los romanos) y condenados a muerte por  renunciar a otros dioses y proclamaron “¡Cristianos romanos, no permitáis que mis sufrimientos os aparten de la verdad! ¡Permaneced fieles a Dios único, y pisotead los ídolos de madera y de piedra!”
Cecilia sepultó sus cuerpos, la detuvieron y fue llamada a abjurar. Pero en vez de eso, conseguía más conversiones (entre las cuáles se encontraba Giordano, un patricio que más tarde estableció una iglesia en la casa de Cecilia). Durante el juicio, Cecilia y el prefecto Almaquio debatieron profundamente y éste se enfureció por los acertados argumentos de Cecilia.
Finalmente, Cecilia fue condenada a morir asfixiada en humo en el baño de su casa; aguantó día y noche; por más que los guardias añadían leña al horno, ella resistía sin daño alguno; en vez de quejarse, ella cantaba los salmos LXX. Entonces el prefecto mandó  a un soldado que la decapitaran; el verdugo descargó tres veces la espada sobre su cuello y no murió en el acto, sino que pasó tres días entre la vida y la muerte hasta que acabó su martirio.
                         
Por último, Cecilia legó su casa al Papa Urbano I y le confió el cuidado de sus servidores. Fue sepultada junto a la capilla pontificia en la catacumba de San Calixto.
                            

ESCULTURA DE BRUNO MADERNA
El cardenal Paolo Emilio Sfondrato de la Basílica de Santa Cecilia en Trastevere inició una búsqueda de la tumba de Santa Cecilia en el interior de la iglesia y el 20 de octubre de 1599 se descubrió el cuerpo entero e incorrupto de la Santa. A partir de este momento, Stefano Maderno, que contaba en ese momento con 23 años de edad, fue comisionado para que reconstruyera el altar de la iglesia, y para que realizara una escultura de Santa Cecilia en mármol de Carrara.
Cuentan que a Maderno se le permitió ver el cuerpo. “No estaba de espaldas como un cadáver en la tumba, sino recostada del lado derecho, como si estuviese en la cama, con las piernas un poco encogidas, en la actitud de una persona que duerme” fueron sus palabras.
De acuerdo a los convenios artísticos de la época, esta no era una representación inmaculada de un santo, sino una expresión gráfica de un cuerpo incorrupto, que revela su postura original. Puede contemplarse cómo está acostada de lado, en tamaño natural, con la boca en posición de habla, con las manos entrelazadas en las que una de ellas mostraba el dedo índice y en la otra se le veían tres dedos (simbolizando la fe en la unidad divina y en la Santísima Trinidad) y con la evidente marca de su martirio en el cuello.
Maderno culminó su escultura conocida con el nombre de El martirio de Santa Cecilia aproximadamente en el año 1600 y se encuentra en el altar de la iglesia de Santa Cecilia in Trastévere y puede contemplarse junto a sus reliquias milagrosas. Sobre el pedestal de la estatua, el escultor puso la siguiente inscripción: “He aquí a Cecilia, virgen, a quien yo vi incorrupta en el sepulcro. Esculpí para vosotros, en mármol, esta imagen de la santa en la postura en que la vi”.
Al concluir con la obra de Santa Cecilia, Maderno obtuvo inmediatamente popularidad y reconocimiento. De esta manera, fue elegido como miembro de la Accademia di San Luca en 1607, y se convirtió en un eminente escultor de su generación, exactamente en la cúspide entre el Manierismo y el Barroco.
                                              

LEYENDAS O FALSAS CREENCIAS
Esta historia de Santa Cecilia que los cristianos han repetido con cariño durante muchos siglos, no se puede considerar como verdadera ni escrita en documentos auténticos.
La razón original del culto de Santa Cecilia fue que estaba sepultada en un sitio de honor por haber fundado una iglesia, el titulus Caeciliae. Por lo demás, no sabemos ni la fecha en la que vivió. Tenemos que reconocer que lo único que sabemos con certeza sobre San Valeriano y San Tiburcio es que fueron realmente martirizados y sepultados en el cementerio de Pretextato.
El lugar en el que se venera ahora a la santa es en la iglesia de Santa Cecilia en Trastevere, tras el traslado de sus reliquias a dicho lugar. Pero ni esto puede verificarse porque se dijo que las habían sido descubiertas gracias a un sueño. Así, en 1599, el Cardenal Sfondrato pudo restaurar la iglesia en honor a la Santa en Trastévere.
Otra leyenda es la del cuerpo de Santa Cecilia. Algunos autores opinan que no existen pruebas suficientes de que el cuerpo se encontrara entero, en la forma en que lo esculpió Maderna basándose en relatos que dejaron sus contemporáneos Baronio o Bosio. Además, es curioso cómo unos años antes, entre 847 y 855, el Papa Pascual había insistido en que la cabeza de Santa Cecilia había formado parte de las reliquias de sus Cuatro Santos Coronados.
Y, por último, en el período inmediatamente posterior a las persecuciones no se hace mención de ninguna mártir romana llamada Cecilia; su nombre no figura en los poemas de Dámaso y Prudencio, ni en los escritos de Jerónimo y Ambrosio, ni en la Depositio Martyrum (siglo IV), por esos algunos autores datan la fecha de la vida de Cecilia en el siglo V.
Nadie sabe bien por qué Cecilia acabó siendo la patrona de la música, incluso parece que ella rechazaba los instrumentos musicales porque no eran necesarios para cantar a Dios de una manera virtuosa.

SANTA CECILIA EN CAMPO DE CRIPTANA

La festividad de Santa Cecilia es muy celebrada en Campo de Criptana con numerosos actos y conciertos. Aunque las fiestas principales se realizan en el fin de semana más próximo al 22 de noviembre, cada año aumenta la oferta cultural. En el presente año 2012, se han programado los siguientes conciertos, uno para cada fin de semana del mes de noviembre, y casi todos interpretados por agrupaciones de la localidad:
-    Concierto del Joven Coro de la Comunidad de Madrid organizado por el Ateneo Musical.
-    Concierto de la Orquesta Ciudad de la Mancha de instrumentos de plectro de la localidad.
-    Concierto de la Banda de Música Filarmónica Beethoven.
-   La zarzuela La verbena de la Paloma puesta en escena por la Coral Santa Cecilia y orquesta formada por el Conservatorio de música y la Escuela de Música de la localidad.
La imagen de Santa Cecilia que se venera en Campo de Criptana es propiedad de la Banda de Música Filarmónica Beethoven y actualmente se encuentra en la Iglesia del Convento. Es obra del escultor valenciano D. José María Alcácer Guzmán (1907-1994). Fue bendecida el 22 de noviembre de 1943, en una misa que contó con la interpretación de la Misa Pontificial a tres voces de Perosi por parte de la orquesta y coros de la Filarmónica Beethoven, junto con solistas de la Capilla musical de San Francisco el Grande, de Madrid, todos bajo la batuta del maestro D. Manuel Angulo y Sepúlveda. Es de destacar que esta obra se ha venido interpretando todos los años hasta el momento en la tradicional misa de Santa Cecilia.